viernes, 22 de julio de 2016

ADOCTRINAR A LOS JÓVENES: OTRO MAL QUE DEJAMOS ATRÁS


La Subsecretaría de Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia era, durante el gobierno kirchnerista, un organismo de nombre largo y propósitos reales que poco tenían que ver con esas pomposas palabras. 


Por Jorge R. Enríquez

Se ha descubierto ahora un informe de esa Subsecretaría que revela el objetivo de adoctrinar a los jóvenes. Se organizaban talleres en las escuelas detodo el país en los que se hablaba de política. Los "talleristas" llevaban una gigantografía con el logo "Fortalecimiento de la democracia"; y material que describía la historia argentina -por lo menos, la que sigue al retorno de la democracia- de acuerdo al peculiar modo kirchnerista. 

Así, los asistentes al taller se intercambiaban cartulinas que describían los principales hechos de los distintos gobiernos de la Argentina desde la última dictadura hasta el segundo mandato de Cristina Kirchner. La gestión de Menem es descripta con estas palabras: "Pobreza estructural", "neoliberalismo" y "privatización", ilustradas, entre otras imágenes, con la Ferrari roja que le había regalado un empresario. A esos esquemas antipáticos se opone la luz austral. 

El kirchnerismo es explicado a través de estas consignas, entre otras: "Restitución de derechos", "Presidenta coraje", "Década ganada".

Según el informe, "se construyó conocimiento colectivo 
respecto al reconocimiento de los derechos sociales y la trascendencia de las políticas de derechos humanos (...). Los participantes reconocieron y compartieron la ponderación de símbolos sobre los 31 años de democracia (...). Dichas insignias fueron posteriormente estampadas en banderas, pecheras y/o camisetas mediante la técnica de stencil". 

En la Subsecretaría se encontraron dos modelos de stencil: uno con el rostro del Eternauta -vinculado por La Cámpora a la figura de Néstor Kirchner- y otro con la frase "héroe colectivo", también usada por esa fracción política (de modo paradójico, mientras veneraba a un matrimonio y quería que éste concentrara todo el poder).

El organismo fue conducido por dirigentes de La Cámpora y en los últimos dos años por el ex radical Leandro Santoro. Otro Leandro, Alem, el fundador del radicalismo, se revolvería en su tumba si se enterara de esta malversación de sus principios. No es la primera vez que en la Argentina se intenta adoctrinar a niños y jóvenes desde el Estado. Lo hizo el peronismo en sus primeros años en una magnitud que no admite parangón con ninguna otra experiencia en nuestro país. Pero creíamos que ese era un aspecto oscuro de nuestro pasado que ya no se reeditaría.

La “pluralidad de voces” fue una mentira más, de las más cínicas que puedan concebirse. El objetivo era el contrario: uniformar las ideas, suprimir toda crítica, fomentar el culto a la personalidad. 

La marca de fábrica de los totalitarismos. No fue en un lugar lejano y en un tiempo remoto. Fue en nuestro país, ayer nomás. Viene bien recordar cada tanto la enfermedad, para disfrutar mejor los beneficios de la salud.

 

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