viernes, 3 de junio de 2016

LA APOLOGÍA DE LA CORRUPCIÓN, ÚLTIMA FASE DEL KIRCHNERISMO


Por Jorge R. Enríquez

Como la corrupción galopante durante la década despilfarrada ya no puede ocultarse, el kirchnerismo ensaya ahora una nueva línea de defensa, mucho más radicalizada: afirma que la corrupción democratiza a la política. No es una broma. Lo escribió en una columna para el diario Tiempo Argentino el periodista ultrakirchnerista Hernán Brienza.

Veamos algunas de sus reflexiones: "La corrupción –aunque se crea lo contrario- democratiza de forma espeluznante a la política. Sin la corrupción pueden llegar a las funciones públicas aquéllos que cuentan de antemano con recursos para hacer sus campañas políticas. No hay que ser ingenuos. Sólo son decentes los que pueden 'darse el lujo' de ser decentes. Sin el financiamiento espurio sólo podrían hacer política los ricos, los poderosos, los mercenarios, los que cuentan con recursos o donaciones de empresas privadas u ONG de Estados Unidos. ¿Ustedes se imaginan a Techint pagando la campaña de Héctor Recalde, legendario abogado laboral ligado a la CGT? Imposible ¿No? ¿Ustedes se imaginan a las fundaciones de la CIA 'bancando' las campañas políticos que defiendan los intereses nacionales? ¿O creen que sólo financiarán a Laura Alonso, Elisa Carrió o la campaña del PRO? Lo peor es que los políticos que ya poseen recursos también son corruptos".

Y:
"Esta nota es políticamente incorrecta, el autor lo sabe. Pero es brutalmente honesta. Denunciar la corrupción de un solo lado es formar parte de algún entramado de corrupción. No todos somos corruptos. Eso es una mentira justificadora de los verdaderos culpables. Lo que sí es cierto es que el financiamiento de la política está ligadísimo a la oscuridad en el manejo de los recursos. Y que hablar de corrupción como único tema es construir un discurso reaccionario y elitista. Si quieren hablar en serio de corrupción,que se saquen la careta, los políticos, los jueces, los periodistas y los empresarios"-

Para concluir:
"La corrupción –aunque se crea lo contrario- democratiza de forma espeluznante a la política".

Es triste el papel que le han hecho hacer al señor Brienza, pero vale destacar la sinceridad que lo anima. Más que artículo, es una confesión, aunque no se trate -hasta donde sabemos- de hechos propios sino de terceros, sus líderes políticos. Pero hay que decir que además de inmoral, esa nota es falsa. No somos todos iguales. No somos todos corruptos. No todos los políticos son corruptos. No todos los políticos se enriquecen en la función pública.

Los ejemplos saltan a la vista y no deberían ser desconocidos para alguien con veleidades de historiador, como el periodista Brienza.

Ninguno de los presidentes radicales fue corrupto ni se enriqueció en la función pública. Yrigoyen y Alvear, que contaban con un patrimonio importante antes de ocupar cargo público alguno, se empobrecieron.

Frondizi, Illia, Alfonsín y De la Rúa, personas de clase media, mantuvieron el nivel de vida - bastante modesto en el caso de alguno de ellos, como Illia - que tenían antes de ser presidentes. Ninguno adquirió infinidad de propiedades ni necesitó de bóvedas para guardar riquezas mal habidas.

Es cierto que la financiación de las campañas políticas es un tema problemático, que se debate en todo el mundo. Pero una cosa es pensar si las empresas privadas pueden o no hacer donaciones a esas campañas y otra -que no se plantea en ninguna parte- es legitimar el robo liso y llano de fondos públicos por los gobernantes, como hace el kirchnerismo a través de su vocero Brienza.

Si eso estuviera bien, en las escuelas deberíamos sustituir la materia "Instrucción Cívica" por "Introducción a la corrupción".

Brienza y sus jefes podrían aspirar con todo derecho a la titularidad de esas cátedras.

Dr. Jorge R. Enríquez
jrenriquez2000@gmail.com
twitter: @enriquezjorge
http://jorgerenriquez.wordpress.com

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