domingo, 6 de noviembre de 2011

Evocación “pos mortem” de Monseñor Laguna



Testimonio de una gran responsabilidad  con vocación de paz

Por Nélida Rebollo de Montes


“Para un cristiano el judío no es prójimo, es parte de nosotros. El judío es mi propia historia, es mi raíz”.
(Juan Pablo II)

“Acá hay un grave error, que es creer en la violencia guerrillera, que fue horrenda. Usted no la vio como la vi yo, yo vi matar a cinco policías, que hacía dos días habían ingresado a esa función y no habían torturado, pero fueron asesinados desde una cornisa vecina a la Curia. Por años a esos policías injustamente muertos se les pusieron flores. Yo sé de lo que son capaces, los que son estas gentes dispuestas a matar por matar”. (Monseñor Justo Laguna, Diario de Cuyo del domingo 22 de noviembre de 1998)

¿A qué necesidad responde el culto retroactivo de demonizar a las Fuerzas Armadas por haber sido convocadas a aniquilar el terrorismo en los años 70 en nuestro país?

Esta categórica pregunta emanada de dos religiosos jerárquicos: Monseñor Justo Laguna, Obispo de Morón, recientemente fallecido, y Mario Rojzman, rabino de Buenos Aires quienes participaron de una entrevista periodística publicada el 22 de noviembre de 1998 en San Juan con la Redactora Jefa de las secciones Educación y Cultura y el Suplemento dominical “Notas, Artes y Letras” de Diario de Cuyo, profesora Nélida Rebollo de Montes.

La inquietud procede del deseo de incrementar la lucidez histórica y política de los ciudadanos. Ambos dignatarios religiosos anhelaban sembrar la paz, reflexionando seriamente sobre el culto religioso de cada uno de ellos.

Tras conocer el fallecimiento de Monseñor Justo Laguna consultamos el contenido de lo dicho en la entrevista de referencia. Conmueve la vigencia de su opinión sobre el sendero de la paz en el curso de conferencias de prensa, sin considerarse infalible y siempre equitativos; y, sin eludir la verdad histórica como un verdadero culto a esa verdad que nada tiene en común con la venganza que se efectiviza y se sigue persiguiendo.

Antes de la presentación del libro "Todos los caminos conducen a Jerusalén y a Roma", los distinguidos invitados por la Universidad Nacional de San Juan, el obispo de Morón, monseñor Justo Laguna, y Mario Rojzman, rabino de Buenos Aires, mantuvieron una entrevista con la periodista Nélida Rebollo de Montes. Se manifestaron con una conciencia crítica y rectificadora.

Lucidez crítica

Con lucidez crítica puntualizaron que: * Este milenio nos encuentra más juntos a judíos y cristianos.
* La reconciliación es un tema de educación.
* La paz es el gran ideal.
* Condenan la violencia.
* Con vocación de paz "lograremos un mundo mejor".
* Ningún país civilizado utiliza los "escraches".
Se ha logrado una interna armonía fundada en sentimientos comunes y en el respeto a la fe religiosa de cada uno.

EL DIÁLOGO

-PERIODISTA: El Papa, que es la más alta autoridad espiritual para los católicos, debe estar feliz de que ustedes promuevan el respeto a la fe religiosa de los demás.
-RESPUESTA: Monseñor Laguna: Nuestro viaje con Mario Rojzman, entrañable amigo y hermano, no fue una lucubración sino un ejemplo de la reconciliación de dos credos que tuvieron diferencias a través de la historia, porque los católicos hemos crucificado durante mucho tiempo al pueblo judío, con historias equívocas, a veces inventadas pero sacadas, de contexto. De pronto, esto se logra gracias a la acción de Juan Pablo II y del Papa Juan XXIII, quien tuvo expresiones notables. También mucho antes que ellos Pío XI dijo, en el mismo momento que empezó la persecución a los judíos en Alemania, que "somos espiritualmente semitas".
Yo creo que si Pío XI hubiera vivido un poco más, la historia hubiera sido distinta. Era un hombre muy valiente y de muy mal carácter, por eso nadie habla de hacerlo santo. Creo que Juan Pablo II ha tenido un mérito muy singular, que es haber puesto en hechos la reconciliación con el pueblo judío.
Al respecto quiero decir una frase que leímos hoy en el avión: “Para un cristiano el judío no es prójimo, es parte de sí-mismo, no es lo mismo que otras religiones con las que podemos tener contacto. El judío es mi propia historia, es mi raíz”. Al respecto hay una frase de San Pablo, frase bíblica y revelada: “Somos nosotros el olivo silvestre injertados en el viejo árbol”.

-PERIODISTA: La actitud de ustedes promueve el respeto a las nobles convicciones del hombre...
RESPUESTA: Rabino Mario Rojzman: La reacción ante lo que usted dice es la siguiente: Nosotros somos unos convencidos de que lo mejor que le puede pasar a un cristiano es ser un cristiano leal y fiel a sus convicciones; y lo mejor que le puede pasar a un judío es ser fiel a sus convicciones. Por eso esta Iglesia nueva, que está liderando Juan Pablo II y de la cual monseñor Laguna en la Argentina es un representante de los más dignos, ha pasado de una cultura y de una teología del desprecio a los judíos para cultivar una cultura del aprecio hacia los judíos, usando términos teológicos Esto es lo que nos permite que hoy estemos en San Juan hermanados en la convicción de que cada uno tiene que ser aquello en lo que cree ser, porque así nos enriquecemos mutuamente.
Nosotros vemos que la creación es una especie de sinfonía en la cual cada uno debe tocar su instrumento con lealtad y, si algún instrumento falta, la sinfonía resulta desarmada. Por eso hacen falta judíos fieles a los judíos y cristianos fieles a los cristianos, que es la mejor manera de honrar el propósito divino.

-PERIODISTA: Ante las perspectivas aterradoras que a veces se abren a la humanidad, percibimos que la paz y la comprensión constituyen la única lucha que vale la pena entablar, pues pareciera que la opción es elegir entre el infierno y la razón.
RESPUESTA: Monseñor Laguna: Yo soy un entusiasta de la paz. Quiero decirle que la única guerra santa es la paz, no hay guerras santas. Ni del Islam ni del judaísmo ni del cristianismo. La paz es el gran ideal. Yo sé que algún teólogo católico se aterraría, porque dicen que en vez de hablar de las verdades de la fe nosotros hablamos nada más que de la paz, como si eso fuera una especie de entelequia. Yo creo mucho en la paz.
Hoy es un día particularmente feliz, porque después de haber llegado a una tensión muy fuerte en el Medio Oriente, en la situación entre judíos y árabes, después de haber firmado en Estados Unidos el tratado de paz, se ha avanzado mucho. Aunque no es precisamente un ídolo para mí, tengo que reconocer que Netanyahu es muy valiente, porque no son quienes lo votaron los que le piden que entregue las tierras que tiene que dejar por el tratado, y Arafat ha vuelto atrás de todos los disparates que dijo acerca de la fuerza de las armas. Cuando me desperté y lo leí en el diario dio a mi alma todo el día una paz particular. Yo creo que sin paz en el Medio Oriente, en concreto entre Israel y Palestina, no habrá paz en el mundo.
Rabino Mario Rojzman: Construyendo sobre estas verdades que dice monseñor, quiero agregar que en hebreo la palabra paz se dice "shalom" y la expresión "shalom" viene de otra palabra hebrea "shilemut", que es integridad.
Luego se preguntó el rabino: "¿Cuándo uno tiene paz?" y se respondió a sí mismo: “Cuando uno no solamente es íntegro puede trabajar por la integridad del otro".
Mientras haya pueblos que no coman todo lo que tienen que comer, mientras haya gente que ocupa territorios que no le pertenecen, mientras haya quienes piensan que hay sangre que vale más que otra, no hay paz, tampoco hay un anhelo de paz. Los políticos a veces cierran los ojos ante guerras gratuitas, pero en general hay unas, provocadas. Precisamente la función de los religiosos es promover el "shilemut", para llegar al "shalom".

-PERIODISTA: En la Argentina hubo gente entregada a todos los desgarramientos de la violencia, incapaz de ningún control e indiferente a la justicia; sin embargo, ahora se condena solamente a una parte involucrada en repelerla. ¿No habrá llegado el momento de una conciliación para no seguir provocando sufrimientos desproporcionados a los familiares cuyos hijos, esposos, hermanos también murieron en esta violencia?
RESPUESTA: Monseñor Laguna: Acá hay un grave error, que es creer en la violencia guerrillera, que fue horrenda. Usted no la vio como la vi yo; yo vi matar a cinco policías, que hacía dos días habían ingresado a esa función y no habían torturado, pero fueron asesinados desde una cornisa vecina a la Curia. Por años a esos policías injustamente muertos se les pusieron flores. Yo sé de lo que son capaces, los que son estas gentes dispuestas a matar por matar.
Yo no soy ningún defensor de la violencia guerrillera que hizo mucho daño, pero considero que el Estado debe custodiar la ley. Yo creo que la represión fue muy legítima porque fue hecha por el Estado que tiene que custodiar el derecho a la verdad, a la justicia. Lo grave es haber planeado un plan perverso hasta con los que figuraban en alguna libreta, sin haber hecho nada, haciéndolos desaparecer. Pero en algo coincido con usted plenamente: en que hay que conciliar. No podemos estar toda la vida echándonos culpas y pongo un ejemplo muy práctico, me refiero a España, donde Franco gobernó cuarenta años y cuando ya no estuvo a nadie se le ocurrió ir a buscar a quién le había matado a la abuela.
El país empezó otra vida y al rey, que le sucedió, lo había elegido y lo educó Franco. No había motivos para aceptar al sucesor Juan Carlos, el verdadero heredero era su padre. Sin embargo, el rey se convirtió misteriosamente en un sistema de unidad de los españoles.
Creo que una vez que se sepa la verdad en nuestro país podríamos empezar a reconciliarnos entre los argentinos. El tema de las armas, desgraciadamente, ha complicado todo de nuevo, aunque a lo mejor no tiene nada que ver. Es necesario buscar un camino, donde no estemos todo el tiempo reprochándonos viejas cosas. En la actualidad hay un recrudecimiento de encono que se manifiesta, entre otras actitudes, con los "escraches". A mí los “escraches” no me hacen gracia y en ningún país civilizado los hacen.
Rabino Rojzman: Yo creo que la reconciliación no es por decreto sino que se trabaja por lograrla, es un tema de educación. También, como soy un creyente ferviente en la justicia divina, creo que también debe haber justicia humana. Esto significa que aquellos que han hecho daño y han matado deben pagar un precio; primero, porque es lo que corresponde y, segundo, porque es educativo para el resto de la sociedad. Quien mató, no importa a qué lado haya pertenecido, debe pagar un precio para cumplir con la sociedad, ya sea con trabajo voluntario, ya sea con cárcel.
Coincido con Monseñor Laguna en que cuando esto nace desde el Estado tiene una gravedad, porque es el que tiene el poder real y que debe administrar justicia. Pero también es siniestro cuando jóvenes en nombre de ideales contradicen esos ideales, matando, tirando bombas, con las que mueren policías del mismo pueblo que ganan trescientos pesos por mes y quieren llevar comida a sus casas; buena gente, pero terminan pagando el precio del horror, que también es un terror. Por eso digo que aquel que mató debe pagar un precio, porque nosotros queremos caminar por las calles sabiendo que nuestros hijos no van a ser asesinados. Entonces, aquel que puso bombas, quien cobró para matar, no nos da lo mismo que aquel que se levanta a la mañana para construir el país.
Monseñor Laguna: Yo quiero aclarar que estoy totalmente de acuerdo con él y está lejísimo de mí creer que la impunidad ayuda a reconciliarse. Todo delito impune prepara otro delito. No podemos seguir insistiendo para que los hijos, los nietos y los bisnietos salden cuentas que no son de ellos. Me parece macabro que los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA sigan sin autores.
Hubo autores, esto es muy grave y creo que Memoria Activa cumple un gran papel recordando los lunes con lluvia, con viento, con calor, que hay dos crímenes de mucha gente, absolutamente impunes, y a mi entender y seguramente al del Rabino, sin camino de solución todavía.

-PERIODISTA: El espíritu de ustedes como altos dignatarios religiosos da pruebas de un gran valor en la lucha común, sabiendo que están del lado del bien. ¿Podrían dar cada uno un breve mensaje que traduzca sus sentimientos, usted como obispo y usted como rabino?
RESPUESTA: Monseñor Laguna: Los hombres tenemos dentro nuestro fuerzas contradictorias; pero pensar que el hombre nace bueno como creía Rousseau es la cosa más imbécil de filosofía que se ha dicho. El hombre nace con fuerzas distintas, nace bueno y malo; entonces, una de las grandes funciones que tenemos los hombres religiosos, quienes tenemos fe, es salvar del hombre  aquellos elementos que nos permiten convivir y para lograrlo es absolutamente indispensable respetar al otro. Cuando digo el otro, digo todo otro, no me estoy refiriendo al judaísmo ni a los musulmanes, me estoy refiriendo a todo el que no es igual a "mí" ni piensa como yo. Si yo no respeto al otro nunca habrá de verdad, en nuestro país ni en el mundo, una paz estable.
Rabino Mario Rojzman: Martín Buber, uno de los filósofos modernos más importantes, decía que para llegar a Él con mayúsculas hace falta un yo y un tú. Quién es ese tú, generalmente no es el que cree como yo. Es fácil amar al que piensa como yo, al que cree como yo, al que se viste como yo, al que habita mi ciudad; lo más complicado es querer, amar, respetar, valorar al que piensa tan distinto a vos. A lo mejor ése es el desafío de este milenio, que nos encuentra a judíos y cristianos tan cerca, porque hay gente valiente como el Papa, que puede pedir perdón, y hay judíos dispuestos a aceptar y es tan desafiante una cosa como la otra. Los nietos de aquellos que fueron quemados en el Holocausto (de Hitler) vemos con beneplácito que un Papa tenga las agallas y que diga, como lo hizo en el último Vía Crucis de Roma, que "durante muchos siglos los hemos crucificado". O como dijo monseñor Laguna, el 18 de marzo de 1998 en la Catedral de Morón –por eso siento que es mi hermano- que “si los cristianos nos hubiésemos parado arriba de las tejas de los techos, a sonar las campanas, no hubiese habido Holocausto".
Bueno, no pasó tanto tiempo. Pasaron menos de sesenta años y todas estas frases, que no son meras frases sino que son surcos en el camino para la hermandad, son el futuro promisorio que nos espera, cristianos viviendo con orgullo su cristiandad; judíos viviendo con orgullo su judaísmo, para poder, sí, seguir desafiando a aquellos que nos dicen que tenemos mucho más distinto que mucho más en común.

Rabino Mario Rojzman, Monseñor Justo Laguna con la periodista Nélida Rebollo de Montes durante el coloquio

Nélida Rebollo de Montes, Profesora y periodista, distinguida con el Premio Benefactora de la Cultura. Ingresó en la Academia Provincial de la Historia con el trabajo titulado “Mujeres de mayo y prácticas electorales de 1816”. Con el voto unánime ingresó a la Sociedad Argentina de Escritores, institución que la distinguió con la “Pluma de Oro”, con la “Faja de Honor” y el “Gran Premio de Honor”. Autora del libro “Nuestro Tiempo y Nuestras Razones”, que incluye artículos periodísticos, afrontando la difícil tarea del comentario sobre lo que considera más importante de la realidad. El libro figura en las Universidades de Yale; de Columbia y en el catálogo online de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos de Norteamérica. Esta información está en internet.
Su Ensayo “Rosalía de Castro. Antonio de la Torre : dos testimonios de la pasión poética” fue incluido en la Biblioteca de la Universidad de Santiago de Compostela (España); en la Biblioteca Pública de Nueva York y en la Universidad Stony Brook de Nueva York de Estados Unidos de Norteamérica. Fue galardonada, en 1986, con el premio internacional “Honoris Causa”, otorgado por la Acción Católica Argentina con sede en Los Ángeles, Estados Unidos de Norteamérica. En el mismo año, la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de Estados Americanos (OEA) la premió en el año internacional de la Paz. Fue elegida, en 1990, “Ciudadana Ilustre” por la Municipalidad de la Capital de San Juan; y, condecorada, en 1994, por el Diario la Razón como periodista destacada del interior del país. El Centro de Artistas Plásticos de San Juan la consagró, en el mismo año, “Benefactora del Arte”. Tres veces premiada, en 1997, 2001 y 2005, por ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas de la Argentina) y, en 1990, con el “Santa Clara de Asís”.
La Dra. Rebecca Ann Bill de la Universidad de Stanford (California, Estados Unidos), contratada por FORES (Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia de la República Argentina) consultó como fuente de de información un artículo periodístico de la Profesora Nélida Rebollo de Montes (Argentina) titulado “La Suprema Corte de Justicia en la Presidencia de Mitre” y fue seleccionada conjuntamente con el Dr. Harold J. Berman (estadounidense) de la Universidad de Cambridge y profesor emérito de la Universidad de Harvard. De ambos autores la Dra. Bill utilizó datos para su obra de investigación: “Medición de la autonomía judicial. Juzgado Federal de primera instancia en lo penal de la República Argentina".


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