lunes, 25 de mayo de 2009

La paranoia de un farsante


Sabe que se acerca su hora y que en este circo por él armado no hay red de contención; que mas temprano que tarde la ley recaerá sobre su "banda en fuga" y que sus asalariados de hoy lo negarán más que Pedro a Jesucristo.

Por Humberto Bonanata

A medida que se acercan los treinta y cinco días restantes para que "sepa el pueblo votar" la imagen discursiva, mediática y caminante de Néstor Kirchner en su huída hacia delante transmuta facciones, gestualidades, tonos de voz, apelaciones cívicas y miradas que no hacen otra cosa que comparar su discurso de Plaza Congreso de julio de 2008 en que su mensaje confrontativo y expulsivo sólo podía hallar retahílas de desmesura válidamente hitlerianas con la máscara de equilibrio que hoy pretende vender.

Dicen los sociólogos sociales que un ser humano puede cambiar de ideología, mas no de personalidad. Kirchner no hizo ni lo uno ni lo otro; su ideología desde hace seis años se basa en el resentimiento, la sobreactuación y la acumulación de poder para derrotar a su enemigo, nunca considerado adversario.
Tampoco su personalidad irracional ha cambiado; es el mismo que hace semanas preludiaba "Yo o el abismo"; "La Argentina explota sin nosotros" u otras de falacias típicas de pretenso dictador populista.

Sabe que se acerca su hora y que en este circo por él armado no hay red de contención; que mas temprano que tarde la ley recaerá sobre su "banda en fuga" y que sus asalariados de hoy lo negarán más que Pedro a Jesucristo.

Cada acto eleccionario desde que asumieron la diktacracia ha caído en calidad y transparencia electoral. Cada dos años nos han degradado aún más como pueblo hasta llegar a la ignominia constitucional de postular a candidatos que sabemos nunca asumirán. Difícil de imaginar el contexto electoral para 2011 de continuar el régimen en su profundo desprecio hacia el soberano que, con su voto, proyecta sus deseos de convivencia, paz social y respeto institucional dentro de un marco republicano como única garantía de sustentabilidad democrática.

Porque no hay democracia plena sin previsibilidad; porque no hay libertad sin educación, salud y justicia para todos.

Lamentablemente la Argentina se ubica en el puesto 114vo. del índice de calidad institucional, marcando una abrupta caída en estos 72 meses de kirchnerato que mañana se cumplen desde que Duhalde entregara a su "ahijado" el bastón de mando.

Viviremos cinco semanas bajo todo tipo de artilugios fraudulentos para descalificar a los actuales adversarios. Y decimos actuales, porque fiel al "olfato peronista" el 29 de junio el poder interno podrá tener otros caciques que, como corresponde a la doctrina, recibirán el "besamanos" de los nuevos apóstoles de palacio, hoy furibundos kirchneristas.

Pero como algo creemos haber crecido en este último cuarto de siglo de nuestras vidas bajo una democracia ritual más no eficiente, nada nos llamará la atención frente a los nuevos conversos.

Frente a la parodia oficialista, el properonismo y el Acuerdo Cívico y Social también transitan vaivenes inciertos.

Francisco De Narváez, Gabriela Michetti y Mauricio Macri publicitan al "peronismo 2" proscribiendo a Felipe Solá de la imagen televisiva para evitar el recuerdo en la memoria de la gente de quien encabezara la lista kirchnerista de diputados nacionales por la Provincia de Buenos Aires hace sólo 23 meses.

Les preocupa el crecimiento de la lista encabezada por Margarita Stolbizer en detrimento de su proclamada "oposición". Argumentan por ello una mayor diferencia a favor de Néstor Kirchner y su lista "trucha".

Grave distorsión de la realidad. El oficialismo bonaerense tiene marcado su techo y no crecerá en perjuicio de su ex aliado Felipe Solá y la empleada de la C.G.T. "moyanista" Claudia Rucci por el hecho de la elección natural de aquellos que superen el coeficiente socio-cultural del segundo y tercer cordón del conurbano.

La gente cada día "come menos vidrios" y percibe que el 28 de junio el peronismo volverá a "celebrar" una nueva interna abierta como todos los argentinos debimos padecer en 2003, 2005, 2007.

Por el lado del Acuerdo Cívico y Social porteño, el armado de las listas a diputados por parte de Elisa Carrió también padece de sus "nerviosismos culposos". No pueden explicarse cómo la vicejefa de gobierno renunciante, Gabriela Michetti, mantiene una diferencia sustancial frente a la lista encabezada por Alfonso Prat Gay bajo grave perjuicio para el futuro político de quien tiene el "celular de Dios".

Así estamos a cinco semanas de una elección constituyente.

Porque los argentinos pretendemos suscribir con nuestro voto un nuevo "Acuerdo de San Nicolás".

Porque pretendemos reafirmar el preámbulo alberdiano; enterrar las ideas absolutistas y afianzar la libertad y la democracia como único sistema representativo para nosotros, para nuestros hijos y para todos los hombres de bien que quieran hacer de nuestro suelo una verdadera República.

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