lunes, 8 de diciembre de 2008

Un discurso para disimular su desconcierto


Las medidas anunciadas hoy por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner permiten advertir que se sigue sin entender el problema que el Gobierno mismo generó.


Por Roberto Cachanosky

El primer punto a resaltar es que, por más que la Presidenta le eche la culpa la mundo por la crisis, el modelo económico kirchnerista era inconsistente aún sin crisis internacional. La economía argentina venía mostrando serios problemas de inflación, aumento del riesgo país ante el riesgo de default (la presidenta insistió con la política de desendeudamiento cuando sabemos que hoy la deuda es mayor a la que había en el 2001), inflación desbordada, caída del ingreso real y creciente disminución de la confianza de los consumidores. Es más, si uno observa el Índice de Confianza del Consumidor de la Universidad Torcuato Di Tella puede verse claramente cómo empieza a desplomarse a comienzos del 2007, cuando todavía ni asomaba la crisis internacional y los precios de las commodities estaban altos. Lo mismo podemos decir de la fuga de capitales, que comenzó mucho antes de la crisis mundial. De manera que el único efecto que tuvo la crisis internacional sobre la crisis argentina fue acelerar lo inevitable. El colapso de la política económica.

Veamos algunas de las medidas anunciadas. En primer lugar la baja de las retenciones. Cristina Fernández anunció una baja de las retenciones para el trigo y el maíz. Pregunta, ¿de qué vale reducir las retenciones si después el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, prohíbe las exportaciones? Pasó con el trigo, las carnes y los lácteos. Por más que bajen las retenciones, hay una retención encubierta que son los cupos y las regulaciones que desestimulan la producción.

La mejor baja de retenciones que podría haber anunciado es el pedido de renuncia de Moreno como garantía de que se dejará de entorpecer las exportaciones y la producción. Pero como Moreno no hace nada sin el visto bueno de Néstor, anunciar eso implicaría decirle a su marido que deje de manejar el poder desde las sombras. Algo que, sabemos, no va a ocurrir, por lo tanto, la baja de retenciones del 5% jamás puede llegar a compensar el riesgo Néstor manejando la economía con sus conocimientos tan precarios y primitivos sobre esta ciencia.

Otra de las medidas anunciadas fue la utilización de $ 7500 millones de depósitos a plazo fijo que les fueron confiscados a los aportantes a las AFJP.

Veamos cuánta lógica tiene lo anunciado. Si los bancos tenían ese dinero depositado, obviamente tenían que pagar una tasa de interés, por lo tanto, para no tener quebrantos a alguien tenían que prestarle. Esos $ 7500 millones volvían al circuito vía prestamos para consumo (porque inversión no hay). La única diferencia es que ahora un burócrata decidirá a quién le va a prestar esos $ 7500 millones bajo criterios arbitrarios.

Tasa subsidiada

La otra diferencia es que si prestan ese dinero a tasas subsidiadas, lo que estarán haciendo es estimular el consumo presente a costa del ahorro de la gente y la miseria de las jubilaciones del futuro. Digamos que si el Estado, con nuestros ahorros confiscados los presta al 11% anual y la tasa de inflación es del 20%, se estará consumiendo, como en tantas otras oportunidades de la historia argentina, el ahorro de los futuros jubilados.

Insistir con que las empresas tienen que invertir porque en el pasado ganaron mucho dinero refleja, una vez más, los escasos conocimientos sobre economía. Nadie, absolutamente nadie, invierte por lo que ganó en el pasado, sino que invierte por lo que espera ganar en el futuro. Este es un principio básico de economía que los Kirchner no terminan de entender y, por esa razón, el país pierde permanentemente competitividad por falta de inversiones.

Cristina Kirchner pretende reactivar la economía con algo menos de US$ 4000 millones cuando en el último año se le fugaron más de US$ 25.000 millones y se le van a seguir fugando por la fuerte inclinación a confiscar la propiedad privada que ha mostrado el matrimonio. Digamos que mientras inyectan US$ 4000 millones, por el otro lado se le fugaron 6 veces más de capitales. Más cuando tenemos a un BCRA aumentando el tipo de cambio de a uno o dos centavos por día. Todos saben que el tipo de cambio está barato y que no cabe esperar otra cosa que el dólar siga subiendo. Por lo tanto, el mercado se irá anticipando y comprando antes de que sea más caro. Y el problema adicional es que con un Brasil que ha devaluado más del 50% el real, el gobierno va a tener que acelerar el ritmo de devaluación si no quiere que se le termine de paralizar la economía, dentro de la concepción que ellos tienen del tipo de cambio competitivo.

Una vez más queda claro que los Kirchner no saben cómo salir del lío que hicieron con la economía. Lío que pudieron financiar mientras el mundo les jugaba a favor con altos precios de las commodities. Ahora que eso ya no existe se les acabó el libreto y solo atinan a formular anuncios de circunstancias para intentar disimular el desconcierto que tienen frente a la crisis que generaron, y que hoy aparece con toda su desagradable cara de desocupación, recesión y crecientes problemas sociales.

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